Reconstrucción

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“Ya que crecí siendo el hijo de un pastor indocumentado en el Noroeste de USA, mi experiencia fue muy diferente a la de aquellos que me rodeaban. Quería creer que lo que mi familia y mi iglesia me enseñaron era la verdad, pero poco a poco me fui alejando de mis creencias como resultado del testimonio que recibí por parte de los miembros de la iglesia anglosajona. Aún hoy en día esos mismos protestantes se refieren a nosotros como “espaldas mojadas (wet backs), frijoleros, bananeros y spics”. Esto hace que me encuentre en conflicto con mi propia identidad.”

Un estudiante me entregó esa nota el año pasado, y me rompió el corazón. Yo y muchos otros, podemos identificarnos con este conflicto de identidad sobre todo en este momento histórico, cuando el racismo y el nacionalismo blanco se han vinculado, tan descaradamente, con la iglesia en los Estados Unidos. Es muy doloroso encontrarse en esa posición, y es justamente este conflicto de identidad que ha impulsado a millones de nosotros a adentrarnos en una travesía de deconstrucción y reconstrucción espiritual. Por lo que he observado, las redes sociales y las bibliotecas metafóricas están repletas de ideas, buenas y malas, explicando cómo deconstruir. Sin embargo, casi no existe nada que nos ayude a reconstruir, de manera saludable. Siendo un poco atrevido, me gustaría proponer cinco ideas que me han ayudado, durante las últimas dos décadas, en mi travesía personal de reconstrucción cristiana.

LAMENTO

Mi esposa Erica, oportunamente, define el lamento como “honestidad en el sufrimiento”. En el camino hacia la reconstrucción saludable, el primer paso es ser completamente honestos con Dios. Habla con Dios y con tus amigos. Desahógate. Escríbelo en un diario. Grita si lo necesitas. Dios puede con todo eso. No retengas nada. Tus razonamientos no tienen que ser perfectos, y no debes tener tu teología completamente articulada. Jesús entiende. Los Salmos son un excelente ejemplo, de hecho el 40% de los Salmos son reflexiones de lamentos. El Salmo 22 es probablemente el más famoso: 

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

¿Por qué estás tan lejos de mi salvación,

y de las palabras de mi clamor?

Dios mío, clamo de día, y no respondes;

Y de noche, y no hay para mí reposo.

Salmo 22:1-2 (RVR60)

MODELOS SALUDABLES

Tal como lo declaró el escritor de Eclesiastés “¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.” (Eclesiastés 1:9). En este momento tan difícil es muy común sentirnos solos y pensar que estamos luchando sin ayuda. Pero si buscamos con más cuidado, nos daremos cuenta de que no estamos solos, porque la iglesia morena* ha estado deconstruyendo y reconstruyendo la fe en medio de injusticias raciales por quinientos años. Guamán Poma de Ayala, Sor Juana Inés de la Cruz, Bartolomé de las Casas, César Chávez, Dolores Huerta, Justo González, Orlando Costas, Elizabeth Conde-Frazier, Alexia Salvatierra, René Padilla y Samuel Escobar, son solo algunos ejemplos de personas que han atravesado este camino delante de nosotros, y cuyas vidas y escritos podemos estudiar para encontrar modelos saludables de reconstrucción. ( *«N. del T.» Léase Nota del Traductor)

LA BIBLIA VS. “LA ROPA ANGLOSAJONA”

Como parte del proceso de deconstrucción la iglesia morena* siempre ha tenido que diferenciar entre lo que realmente dice la Biblia y las interpretaciones racistas de los colonizadores. El poder siempre va a tratar de justificarse a través de la teología y la religión civil. Una y otra vez, a través de los siglos, teólogos morenos* han tenido que levantarse y decir: “¡No, la Biblia no enseña eso! Sólo estás tratando de justificar tu avaricia. Estás violando 2000 versículos de las Sagradas Escrituras, que hablan del corazón de Dios hacia los inmigrantes, de su amor y compasión hacia los pobres y todas las personas marginalizadas.”

Los “evangélicos radicales” René Padilla y Samuel Escobar lo explican de esta manera: Tenemos que aprender a diferenciar entre lo que la Biblia realmente enseña y la “ropa anglosajona”, es decir, esa vestimenta cultural con la que intentan cubrir el evangelio y que ha sido exportada hacia Latinoamérica y en la iglesia latina en USA.[1] ¿Cómo podemos diferenciarlo ¡Conociendo la Biblia mejor que cualquier otra persona!

Me gustaría ofrecer una advertencia desde el otro lado también, como profesor de estudios étnicos en la UCLA por quince años y un organizador comunitario, debo decir que hay grandes enseñanzas que podemos adoptar tanto de los estudios étnicos como del activismo secular; pero necesitamos discernimiento bíblico para poder filtrar lo que es beneficioso y lo que podría ser, a fin de cuentas, muy dañino. Querer simplemente reemplazar “la ropa anglosajona” con principios del activismo secular nos llevará por un camino que no asemeja al reino de Dios sino a un reino que se asemeje a nosotros mismos.

RECONSTRUYENDO A JESÚS DE GALILEA Y EL EVANGELIO INTEGRAL

Como parte del proceso de sanación, la iglesia morena* también ha tenido que descolonizar su Cristología y reconstruir un evangelio de cuerpo completo, integral. Tal como los teólogos latinos, como Virgilio Elizondo y Orlando Costas nos han enseñado, Jesús era un galileo. Galilea estaba muy lejos de ser el centro de poder religioso, político, o económico en Jerusalén. Los galileos como Jesús eran individuos pobres, bilingües, y hablaban con un acento marcado. Eran personas oprimidas tanto por los colonizadores romanos, como también por los privilegiados de su propia gente. Eran marginados por ser considerados de “razas mixtas” o mestizos, y ponían constantemente su pureza cultural y religiosa en tela de juicio. Galilea era el vecindario pobre, o la barriada en los días de Jesús, y nuestro Señor era de Galilea. Dicho de otra manera, Jesús era moreno.

Como un galileo marginalizado, Jesús entiende el sufrimiento de la comunidad latina en el presente. Las buenas nuevas es que él vino como Señor y Salvador para hacer de nosotros y del mundo una nueva creación, donde nada ni nadie se queda por fuera. Jesús nos transforma individualmente para ser más y más como él, para luego enviarnos como agentes de transformación contra la destrucción y la injusticia en nuestro mundo. Esto es lo que René Padilla y Samuel Escobar llaman misión integral: “la misión de toda la iglesia hacia toda la humanidad, en todas sus formas, personal, comunal, social, económica, ecológica, y políticamente.”[2]

PRÁCTICAS ESPIRITUALES 

En mi experiencia, una transformación personal en Cristo y la sanación de las heridas coloniales[3], ocurren como resultado de implementar algunas prácticas específicas. En mi caso, las prácticas más importantes han sido la lectura de las Escrituras, terapia, dirección espiritual y estar involucrado en una comunidad intergeneracional. 

Puede que suene muy anticuado pero, para mí, leer toda la Biblia una vez al año es la práctica espiritual más vital, me sustenta. Ya lo he hecho 19 veces, y mientras más la leo, más encuentro sanidad y esperanza; y más me doy cuenta de que tengo mucho que aprender. Como dice la Doctora Elizabeth Conde-Frazier, es dentro de la Biblia donde podemos encontrar esperanza y sabiduría para afrontar las realidades duras de la vida, y es en las Escrituras donde encontramos al Dios viviente que nos trae liberación.[4]

También la terapia y consejería han sido indispensables para mí. En lo profundo de mi alma llevo las cicatrices y heridas abiertas ocasionadas por el machismo, y he asistido a terapia por dos décadas para poder entenderme mejor y poder liberarme de los ciclos de destrucción emocional. 

La dirección espiritual es otra práctica clave que me ha ayudado a reconstruir mi fe y sanar de los efectos del racismo en la iglesia. Según David Hoover: “La tarea del director espiritual es honrar las preguntas que no tienen derecho de ser resueltas” y Erica me ha mostrado que “Dios está siempre presente, amando y trabajando en nuestras vidas, pero a veces es difícil escuchar solos, por nuestra cuenta. Un director espiritual, o acompañante, nos puede ayudar a sentir y conectarnos con el Director Verdadero, que es Dios.”

Por último, es muy común en círculos activistas de hoy en día, escuchar decir que debemos poner atención a la sabiduría de nuestros ancestros, y yo no podría estar aún más de acuerdo. Los cristianos latinos tenemos mucho que aprender de los 500 años de tradición de la iglesia morena* en el área de la justicia. Esta tradición de nuestros ancestros representa una fuente invaluable de riqueza cultural comunal dada por Dios, un tesoro esencial en nuestro proceso de reconstrucción. Pero esta riqueza cultural comunal no se encuentra en los libros, por diseño divino, se encuentra depositada en la comunidad intergeneracional de la iglesia local y global:

“Cuando hablamos de la iglesia, debemos definir mejor esa palabra. Nos referimos a toda la iglesia, completa; la iglesia como cuerpo ecuménico, regada por todo el mundo y no solamente a su forma delimitada por la feligresía de una comunidad local... Esa iglesia es un agente de la presencia de Dios en la tierra, y como tal es muy poderosa. Es una fuerza moral y espiritual muy poderosa que no puede ser ignorada por ningún movimiento.” César Chavez [5]

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DR. ROBERT CHAO ROMERO

Rev. Dr. Robert Chao Romero es asiático latino, y profesor de Estudios Chicanos y Estudios Asiático-americanos en la UCLA desde 2005. Obtuvo su PhD. en Historia Latinoamericana en la UCLA y su Juris Doctor en U.C. Berkeley. Romero es un escritor galardonado, con 15 libros y artículos académicos publicados sobre asuntos de raza, inmigración, historia, educación y religión. Además de ser abogado y profesor, Robert es un pastor ordenado y en conjunto con su esposa Erica es el cofundador de Jesus 4 Revolutionaries, un ministerio cristiano para activistas; también es miembro de la junta del Matthew 25 Movement en el Sur de California.


Nota del Autor: para más información sobre el lamento visita Soul Care with Erica.

Nota del Traductor («N. del T.»): Iglesia Morena (en inglés Brown Church) es un término utilizado por Robert Chao Romero para describir una comunidad eclesiástica de latinos (católicos y protestantes) que, en el nombre de Jesús y basados en las Sagradas Escrituras Cristianas, han luchado y continúan luchando en contra de injusticias raciales y sociales en Latinoamérica y en USA. La Iglesia Morena abarca diversas categorías éticas, históricas, teológicas, espirituales, y sociopolíticas. La sociedad en USA está dividida mayormente entre dos polos opuestos “ser negros” y “ser blancos”, aquellos que se encuentran en el medio y no pertenecen exclusivamente a ninguna de esas dos categorías, son considerados “marrones”. La palabra “marrón” es utilizada, históricamente, para describir tanto a los latinos como a personas de otras raíces culturales y étnicas en USA, no porque sea, necesariamente algo literal relacionado al color de piel de las personas morenas; más que eso, él término es visto como una posición social y racial en este contexto. Pero, como bien sabemos, los latinos somos mestizos, y por lo tanto tenemos mucha diversidad étnica y variados tonos de piel. En el concepto de la iglesia morena están incluidas todas estas personas mixtas que pertenecen y participan de la herencia y la vida de la iglesia de los oprimidos.

CITAS

[1] Ruth Irene Padilla DeBorst, “Integral Mission Formation in Abya Yala (Latin America): A Study of the Centro de Estudios Teológicos Interdisciplinarios (1982-2002) and Radical Evangélicos” (PhD diss., Boston University, 2016), 45; Robert Chao Romero, Brown Church: Five Centuries of Latina/o Social Justice, Theology, and Identity (Downers Grove: IVP Academic, 2020), 156.

[2] Tetsunao Yamamori and C. René Padilla, eds., The Local Church, Agent of Transformation: An Ecclesiology for Integral Mission (Buenos Aires: Kairos Ediciones, 2004), 9.

[3] Oscar García-Johnson, Spirit Outside the Gate: Decolonial Pneumatologies of the American Global South (Downers Grove, IL: IVP Academic, 2019), 3-4. 

[4] Loida I. Martell-Otero, Zaida Maldonado-Pérez, and Elizabeth Conde-Frazier, Latina Evangélicas: A Theological Survey from the Margins (Eugene, OR: Cascade Books, 2013), 35,36.

[5] Romero, Brown Church, 137.